Breve introducción a VOIP
La tecnología VOIP (Voice Over Internet Protocol, voz sobre protocolo de Internet) es, aunque de uso desacostumbrado todavía por la lenta implantación de las compañías telefónicas que ofrecen este servicio y por retener las compañías de telefonía convencional a su público cautivo y acostumbrado a formas analógicas de comunicación, un instrumento de intercambio o dialógico que se puede remontar décadas atrás. Habiéndose desarrollado y mejorado desde su aparición nada menos que hace ya más de cuarenta años.
La historia de la tecnología VOIP
En efecto, esta tecnología tuvo su primera aplicación en 1973, cuando Internet apenas era un embrión del gigantesco monstruo en el que se convertiría más tarde. El nasciturus se llamaba ARPANET y su función original era poner en contacto a las instituciones estatales y académicas (universidades) de la nación norteamericana, con notorio carácter militar -recordemos: 1973. Estamos en plena Guerra Fría. Estados Unidos firma la paz para retirarse de Vietnam e Israel es atacado por Egipto y Siria en la Guerra del Yom Kippur-.
Mucho ha cambiado desde entonces y, muy especialmente, en el ámbito de las telecomunicaciones, específicamente las digitales. La informática ha venido desarrollándose en un crecimiento de proporciones geométricas o exponenciales, y con ella el intercambio de información mediante paquetes digitales, o hablando más prosaicamente, Internet. Las infraestructuras cambian cada año y ello permite a los ISP (Internet Service Providers u operadores de la Red que nos facilitan el acceso a ella como clientes) ofrecernos condiciones paulatinamente mejores, como mayores velocidades y mayores cuotas de consumo disponibles. Los equipos domésticos ya no encuentran límites en cuanto a la cantidad de datos que pueden cargarse o descargarse hacia o desde la web sin rebasar un precio razonable. Mientras que los móviles ven ampliadas las cuotas en el mismo sentido, de tal suerte que no tardaremos en llegar a las tarifas planas de datos para nuestras tabletas digitales o teléfonos inteligentes.
Recordemos lo que podemos encontrar ahora en el mercado para usuarios particulares y equipos domésticos: velocidades de hasta 1 Gb por segundo y transferencia ilimitada de datos, gracias a la fibra óptica. Conviene recordar que aquí siempre hablamos de bits, no de bytes, y esta diferencia no es nada baladí, porque el byte es una unidad de medida ocho veces mayor que el bit. También, que no siempre se nos ofrecerá la misma velocidad de bajada que de subida, siendo las cargas más lentas que las descargas, cosa que nos interesa examinar si queremos volcar contenido a la Red -en cuyo caso optaremos por una tarifa simétrica-.
El cambio, desde la génesis de Internet en España, es realmente sustancial, pues la primera conexión patria, que data de 1990, fue de 64 Kb por segundo: es decir, 16.000 veces más lenta que la actual. Dicho sea también por importante, las tarifas planas no llegarían hasta el año 2000, con la tecnología ADSL, que ya no requería interrumpir el servicio telefónico.
En cuanto a los datos móviles, se ha de decir que en 7 años hemos pasado del ofrecimiento de unos cien megas por entre 24 y 30 € a los 2 gigas por 15 €, casi la mitad. La velocidad también ha mejorado significativamente con la implantación de nuevas tecnologías: 3G, 4G y 5G.
La conclusión que deberemos sacar forzosamente de todo ello es que, por rentabilidad y eficacia, debemos ir abandonando paulatinamente las formas de comunicación arcaicas para abrazar las digitales, tal y como ha sucedido en el ámbito de la televisión. Esta es la tendencia y, forzosamente, con el devenir de los acontecimientos, hará que se estandaricen estas nuevas tecnologías. La tesitura es si las abrazamos y nos beneficiamos de sus ventajas ya, aprendiendo a utilizarlas y sorprendiéndonos de su sencillez, o esperamos a vernos obligados a ello.
Funcionamiento técnico
El funcionamiento de la tecnología VOIP es extremadamente sencillo: el canal de comunicación empieza con el cliente, que utiliza un micrófono para codificar su mensaje. Este micrófono puede estar conectado a un ordenador, tableta o teléfono que utilice un software o programa informático adecuado al uso. O bien puede ser el de un teléfono desarrollado específicamente para el uso de esta tecnología o con el adaptador correspondiente. La información codificada se empaqueta y envía a través de Internet para poder ser descodificada en el aparato receptor, de manera que el mensaje suene a través de los altavoces o auriculares. Todo esto sucede a gran velocidad, de manera instantánea, por lo que la comunicación es fluida.
La pregunta que puede surgir en este punto es si es posible, dado el caso, comunicarse con alguien que no utilice la tecnología IP con un software o hardware -aparato- específico. Totalmente. En estos casos, el proveedor puede ofrecer un canal de comunicación compuesto: la empresa descodifica el mensaje con la tecnología adecuada y lo retransmite por telefonía convencional, siempre asegurando la privacidad para sus clientes. Esto es bidireccional, de manera que la misma empresa se encargará de recibir la respuesta del receptor original y codificarla para transmitirla al cliente de sus servicios VOIP. Todo esto se realiza de manera automatizada y sin grabaciones, de forma que la confidencialidad de la llamada queda asegurada por lo que al operador respecta.
Puede parecer absurdo el utilizar la tecnología VOIP para combinarla, al fin y al cabo, con la telefonía analógica. Pero teniendo en cuenta que los proveedores estarán equipados con aparatos de uso profesional, conexiones totalmente estables y gozarán de contratos ventajosos con las compañías telefónicas, esto puede redundar en un significativo ahorro y mejora de calidad para el usuario final.
¿Por qué VOIP?
Las ventajas del uso de VOIP son múltiples y destacables. En primer lugar, la tecnología resulta más económica para el usuario, ello habida cuenta de los costes salvados. Por ejemplo, una compleja central telefónica se puede sustituir por un servidor, que es un ordenador especialmente sofisticado y potente utilizado para tareas profesionales o para manejar grandes flujos de información.
Más beneficioso es aún el servicio para el usuario que tiene gran movilidad internacional, pues supone ahorrar para sí mismo y para sus interlocutores el enorme sobrecoste que tienen las llamadas internacionales, o, en cualquier caso, evitarle tener que contratar una nueva línea. Lo único que debe hacer es buscar una conexión inalámbrica, manteniendo, en cualquier caso, la posibilidad de comunicarse telefónicamente a la vieja usanza si tiene también el mencionado servicio contratado. Algunas operadoras, de hecho, ofrecen conexiones a Internet en móviles por un precio que no varía en destinos internacionales, con lo que no siempre es necesario buscar una red inalámbrica.
¿Necesito un equipo muy sofisticado para utilizar este servicio?
Cualquier teléfono inteligente o smartphone, ordenador o tableta digital, salvando los equipos especialmente viejos -hablamos ya de lustros, no de años-, sirve para utilizar la tecnología descrita. Opcionalmente existen también, como se ha dicho, aparatos específicos y adaptadores para tener que evitar el uso de programas informáticos. Este no debe de ser motivo de preocupación.
Perspectivas de futuro
Hemos señalado que la tecnología informática está creciendo a un ritmo inalcanzable en el resto de ámbitos científicos o tecnológicos. Todo ello redunda, como es obvio, en una mejora de las telecomunicaciones VOIP. Sin embargo, hay que resaltar también los esfuerzos concretos destinados a la propia tecnología VOIP. Son notorios, fructuosos y están encaminados a mejorar la calidad de un servicio que, por otra parte, ya ofrece un muy aceptable nivel.
¿Dónde se utiliza actualmente la tecnología VOIP?
La tecnología VOIP es omnipresente. La podemos hallar en el ámbito de las comunicaciones personales, pero también en ámbitos profesionales. Cuando una empresa necesita hacer un número de llamadas de consideración, es habitual que opte por este sistema para abaratar costes.
En el ámbito doméstico, también se suele utilizar, desde hace lustros, la tecnología que presentamos y desarrollamos en este artículo. Con mucha facilidad, todos hemos oído hablar de Skype, un programa diseñado nada menos que en 2003, adquirido por Microsoft dada su evidente y enorme utilidad y su potencial de crecimiento, y conocido ahora por, prácticamente, todos los cibernautas. Quien más y quien menos, ha utilizado el consabido programa para llevar a cabo una videoconferencia con un familiar físicamente lejano -o bien con uno que se halla dentro de nuestras propias fronteras, pero con el que, por motivos afectivos, se necesita un contacto fluido y casi permanente- o una entrevista de trabajo a distancia. La tecnología VOIP ya no es tan solo el futuro, sino también el presente, y de eso Microsoft, cuyos productos han llegado a ser utilizados por todo el mundo, y muy especialmente sus buques insignias Windows y Office, entiende bastante. Por lo que no debe sorprendernos su decisión. Como a los grandes, nos toca a nosotros ahora apostar por esta nueva tecnología.
Adoptar hoy los medios de mañana, no solo nos permite beneficiarnos durante un periodo de tiempo más prolongado de las nuevas tecnologías, hechas para facilitarnos la vida, sino que nos permite salvar antes la barrera del aprendizaje. Un aprendizaje que, dicho sea por otra parte, resulta muy sencillo dado lo intuitivo de esta tecnología.