La tecnología avanza y con ella, las necesidades de las pequeñas, medianas y grandes empresas. Un buen ejemplo es la generación masiva de datos con el Internet y las redes sociales, así como su almacenamiento seguro. ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Es conveniente seguir usando los grandes archivos repletos de papeles sujetos a deterioro? No, hoy existen opciones como el hosting y el cloud computing.
En la actualidad, ambas son muy populares en diferentes países del mundo. Sin embargo, una es más novedosa que la otra y ofrece soluciones a los inconvenientes de la otra. Aun así, es difícil hablar de que una sea totalmente mejor que la otra, por lo que nos enfocaremos en compararlas. A continuación, presentamos las diferencias entre el hosting tradicional y el cloud computing.
¿Qué es hosting tradicional?
En el pasado, las empresas usaban sus propios servidores para aloja la información relacionada con su negocio. Y si bien esto resultó útil durante mucho tiempo, los avances y el crecimiento de los mercados fue haciéndolos insuficientes. Entonces surgieron varios detalles técnicos y aumento de costes que terminaron por hacer esta opción poco rentable. Esto lo que detonó el nacimiento de los servicios de hosting.
Fue aquella necesidad la que arrojó una nueva idea de negocio: el servicio de alojamiento en un servidor físico. De manera más simple, una máquina en la que pueden convivir diferentes aplicaciones, soluciones de TI y otros activos digitales. Pero, a diferencia de sus inicios, en estos servidores la responsabilidad de administrar y mantener todo funcionando estaba en quienes ofrecían el servicio.
¿Qué es cloud computing?
Por otro lado, tenemos una opción más avanzada: el cloud computing, que ofrece básicamente lo mismo, pero de manera más descentralizada. El término hace referencia a servicios y recursos que permiten a las empresas o usuarios almacenar información en servidores remotos; a estos se les conoce coloquialmente como “la nube”. Google y Amazon han migrado a esta lado para guardar cantidades de datos.
Para hacer uso del cloud computing, no es necesario tener un equipo físico central ni estar presente en alguna ubicación específica. Ni siquiera tenemos que descargar un programa, aunque algunas compañías lo ofrecen así. Basta con acceder desde el equipo asociado al servicio para acceder a todos los datos almacenados y hacer uso de ellos según los permisos. Todo esto en tiempo real.
Lo que diferencia estas tecnologías
Siendo más concisos, el cloud computing funciona gracias a un conjunto de ordenadores conectados con servidores y sistemas de almacenamiento. Pero a diferencia del hosting tradicional, no se depende de algún tercero para guardar o hacer uso de los datos en juego; esta interconexión estratégica permite que la información esté disponible en todo momento y hace su gestión más eficiente e independiente.
Un servidor físico versus cloud computing
Lo anterior nos lleva a la principal diferencia entre estas tecnologías: lo tangible. En el hosting tradicional, como ya indicamos, estamos sujetos a la idiosincrasia de un servidor físico. Por lo tanto, si la máquina dejara de funcionar por alguna razón, las empresas que la usan como medio de almacenamiento se verán limitadas; no podrán acceder o guardar nuevos datos hasta que este vuelva funcionar.
Seguridad de los datos
Uno de los grandes temores de las empresas sujetas a la transformación digital es la pérdida de información valiosa; esto puede ser desde documentos financieros hasta datos confidenciales claves para la competencia. El hosting tradicional está más propenso a la pérdida de estos, especialmente si no han implementado copias de seguridad; en el cloud computing, esta se replica en diferentes nodos, queda guardada.
Recursos de almacenamiento
Como muchos saben, la demanda de almacenamiento actual es bastante grande, una tendencia que promete mantenerse por mucho tiempo. La transformación digital ha motivado un sinfín de adopciones tecnológicas dentro de las empresas, incluidas las de este tipo de servicios. Muchas han decidido migrar de servidores de hosting tradicional a cloud computing precisamente por ello.
Esto nos lleva a la última diferencia: la capacidad. El nombre de nube se puede asociar con la inmensidad del cielo y con mucha razón. Comparado con el hosting tradicional, el cloud computing ofrece espacios más amplios; por ello, se recomienda mucho para negocios grandes o bien, para aquellos que están en proceso de crecimiento. Estos puntos van de la mano y son vitales para la organización empresarial.