VoIP viene del nombre en inglés Voice Over Internet Protocol, esto quiere decir algo así como “voz sobre un protocolo de Internet”. Concretamente, lo que hace esta tecnología es tomar las señales de audio de un teléfono y transformarlas en señal digital. Estos datos pueden ser tratados como cualquier otro, y ser enviados mediante Internet a una dirección IP determinada.
Por tanto, podemos transmitir la voz como si se tratara de datos. Permite convertir una conexión estándar a Internet, es decir, llamadas gratuitas por Internet.
Encontramos una clara ventaja: reducir los costes de llamada. Sin embargo, si además utilizamos la tecnología VoIP junto con una solución de comunicaciones unificadas, encontramos enormes ventajas (voz, datos y vídeo). Reduce los costes, mejora la atención al cliente, mejora la productividad y aumenta los ingresos. Por tanto, vemos que la tecnología VoIP puede darle un gran empujón a nuestra empresa.
¿Cómo implementar la tecnología VoIP?
Antes de hacerlo deberíamos establecer qué estamos buscando exactamente. El objetivo es optimizar recursos, por lo que debemos tener claro qué necesitamos y qué no. Por ejemplo, no es lo mismo realizar llamadas VoIP solamente o utilizar las llamadas unificadas; hacer una inversión de capital o hacer un gasto operativo permanente; administrar nosotros mismos la tecnología de voz o subcontratar el servicio.
Una vez lo tengamos claro, vamos a encontrar varias alternativas y empresas (entre ellas Pippol) para hacer la transición.
En primer lugar, podemos comprar un sistema de voz por IP
Para ello hay que instalar una central PBX IP en la red de datos y crear un sistema UC de categoría empresarial. Esto facilitará el control de llamadas. Esta opción presenta varias ventajas como poder controlar las aplicaciones de comunicación que se utilizan en su empresa, ofrece mucha movilidad a los usuarios y, además, con el paso del tiempo es la opción más barata.
La segunda opción es ofrecer a los trabajadores una aplicación cliente VoIP, como Skype
De esta forma se permite a los empleados usar el ordenador o el teléfono móvil como cliente personal de Skype con el fin de realizar y recibir llamadas VoIP. De forma alternativa, se puede usar un sistema UC para tener más fácil la configuración de los teléfonos IP de los trabajadores. La principal ventaja de esta opción es su bajo coste, ya que la suscripción mensual de Skype Connect tiene un precio bastante bajo.
Sin embargo no está a la altura de otros servicios destinados a la empresa, por lo que, más que una opción definitiva, puede ser una opción temporal. Además, si no se tiene una central PBX IP compatible, será imposible usar la tecnología VoIP con comunicaciones unificadas. Por último, esta opción suele tener interferencias y ser poco estable.
En tercer lugar, podemos optar por una suscripción a un servicio de voz por IP alojado o administrado.
De esta forma, si su intención fuera contar con los servicios básicos telefónicos de IP, se puede suscribir a un servicio alojado. Si, por otra parte, necesitáramos servicios más avanzados de la telefonía IP o UC, podríamos contratar los servicios administrativos de un proveedor de servicios local. Esto suele necesitar alquilar equipos (routers de Internet, teléfonos IP, switches…). En esta opción también encontramos varias ventajas: por ejemplo, el coste es fijo permanente (dependerá del proveedor de servicios y de lo que contratemos. Los precios variarán en función de estos), el proveedor ofrece la administración de telefonía y asistencia técnica, nos ofrece la posibilidad de alargar la vida útil de la central PBX TDM a través de adaptadores telefónicos.
De cualquier forma, es importante asegurarse de que los empleados comprenden lo que estos cambios suponen y asegurarse de que aprenden a aprovechar las ventajas de la tecnología VoIP.